Como bien se sabe, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Por extensión, todo marzo es dedicado a las reivindicaciones y luchas feministas, desde todos los ámbitos posibles.
Como Grafomaniacos, quisimos sumarnos a esta conmemoración, publicando en nuestra cuenta de Facebook, durante todo marzo, un pequeño esbozo biográfico diario sobre escritoras latinoamericanas contemporáneas. Sin embargo, una pandemia de proporciones globales se nos impuso en nuestros planes y lo tuvimos que parar todo.
Ahora bien, como el propósito de esta revista es el de divulgar Literatura, y aprovechando que ahora muchas personas tienen tiempo para leer (quizás demasiado tiempo, dirían algunos), traemos el trabajo ya realizado y publicado en nuestras redes, pero unificado en un solo lugar.
Dejamos a continuación los 10 esbozos biográficos que logramos terminar, y luego la lista de otras escritoras latinoamericanas que ubicamos pero de las que, por lo menos hasta ahora, no hemos logrado escribir.
Mi compromiso es ir rellenando, poco a poco, la información de las escritoras que faltan, que son más de la mitad. Pero si alguien tiene la curiosidad de conocer qué están escribiendo las autoras de este convulso continente, acá pueden comenzar a encontrar respuestas.
Una aclaración antes de comenzar
Los criterios de selección, aunque no fueron tantos ni tan variados, sí fueron rigurosos, al menos en las 10 que sí tienen investigación biográfica: Son escritoras latinoamericanas que nacieron después de 1970. El género en el que escriben fue indiferente, aunque la gran mayoría son narradoras de ficción. Se intentó, además, que hubiese representación de la mayor parte de países del continente.
1. Valeria Luiselli (México)

Nacida en México en 1983. Luiselli vivió una infancia itinerante: creció en países tan dispares como Costa Rica, Corea del Sur, Sudáfrica e India. Su padre fue el primer embajador mexicano en Sudáfrica, luego de terminado el “apartheid”, por lo que entre los recuerdos de su infancia destaca el haber conocido a Nelson Mandela.
Esta etapa de su vida en Sudáfrica estaba sirviendo como material para una novela que trabajaba en 2014, cuando comenzaron las noticias de miles de niños latinoamericanos siendo arrestados en la frontera de Estados Unidos. Aquella preocupación la llevó a trabajar como traductora de los menores que solicitaban asilo en un juzgado en Nueva York. Esa experiencia dio como resultado el libro Los niños perdidos (2017). Luego de aquella experiencia, Luiselli concretó su novela: Desierto sonoro. La crítica especializada de The New York Times le dedicó estas palabras: “un nuevo clásico que rompe moldes”.
Al respecto de esta novela, la escritora aseguró, en una entrevista con El País, que para las novelas son como “rebanadas de vida”. Agregó: “No algo cerrado y bien armado, sino un mundo caótico donde hay amor, sexo, divorcio, confusiones, saliva”. Ha publicado hasta el momento tres novelas y tres ensayos.
Novelas:
Los ingrávidos (Sexto Piso, 2011)
La historia de mis dientes (Sexto Piso, 2013)
Desierto sonoro (Sexto Piso, 2019)
Ensayo:
Papeles falsos (Sexto Piso, 2010)
Where You Are, ‘Swings of Harlem’ (Visual Editions, 2013)
Los niños perdidos. Un ensayo en 40 preguntas (Sexto Piso, 2016)
2. Mariana Enríquez (Argentina)

Periodista especializada en rock y una de las autoras más importantes de la región. Mariana Enríquez nació en Buenos Aires en 1973, pasó su infancia en Lanús, suburbio de Buenos Aires. Luego se mudaría a La Plata, ahí conoció la Literatura y el punk. Después estudió comunicación social.
Con 18 años escribe su primera novela, Bajar es lo peor, donde se retratan las preocupaciones propias de esa edad: ansiedad social, alcohol, relaciones, música, etc. Por un golpe del destino, el manuscrito acaba en manos de Juan Forn, de la Editorial Planeta. La novela se publica en 1995 y, aunque la crítica es dura, se vende bien y acaba convertida en un libro de culto.
La obra de Enríquez se caracteriza por redefinir el sentido del terror, en un sentido más latinoamericano, pero también en uno más universal: lo extraño, lo inaudito, lo peligroso, se reflejan en lo que calla o en lo que sugiere, pero, además, aparecen en los lugares menos pensados. En Los peligros de fumar en la cama, por ejemplo, convierte el terrorismo de Estado en género de terror. En Las cosas que perdimos en el fuego, el terror se manifiesta a través de la pobreza, la exclusión social y el machismo.
En 2019 ganó el premio Herralde de novela con su obra Nuestra parte de la noche, una de las novelas más celebradas por la crítica y los lectores en los últimos años.
Su obra consta de 11 libros, que varían entre cuentos, novelas, biografías y ensayos.
Novelas:
Bajar es lo peor (Espasa-Calpe, 1995)
Cómo desaparecer completamente (Emecé Editores, 2004)
Chicos que vuelven (Eduvim – Universidad Nacional de Villa María, 2010)
Este es el mar (Literatura Random House, 2017)
Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019)
Cuentos:
Los peligros de fumar en la cama (Emecé Editores, 2009)
Las cosas que perdimos en el fuego (Anagrama, 2016)
Otros:
Mitología celta (1ª edición. Gradifco, 2003)
Alguien camina sobre tu tumba: Mis viajes a cementerios (Galerna, 2013)
La hermana menor: Un retrato de Silvina Ocampo (Ediciones UDP, 2014)
3. Fernanda Trías (Uruguay)

“Hay escritores que empiezan con una idea muy clara de lo que quieren y otros que empezamos a partir de algo pequeño con lo que investigamos y descubrimos a medida que escribimos. Yo arranco con una imagen y empiezo a explorarla durante la escritura y de a poco voy entendiendo qué es lo que esa imagen quiere”: así explica Fernanda Trías el inicio de su proceso creativo detrás de La azotea (2001), la novela que publicó cuando tenía 22 años.
Trías es una escritora que nació en Montevideo en 1976. Es profesora de inglés y traductora certificada. Con su obra ha explorado temas como el miedo, la violencia, la pérdida o la libertad.
La escritora María José Navia asegura que “Fernanda Trías explora la vida cotidiana o ese dolor extraño de la pérdida desde una mirada que irradia belleza. Una belleza que alumbra oscuridades pero que, las más de las veces, nos deja incómodos, expectantes, sin saber qué hacer. En todas sus obras, Trías tiene el oído atento a los murmullos familiares, a esas verdades a medias, a esos sentimientos que a veces se pudren, a veces se salen de cauce”.
Entre sus obras destacan tres novelas y dos libros de cuentos.
Novelas:
La azotea (Tránsito, 2001)
Cuaderno para un solo ojo (Caude Editorial, 2002)
La ciudad invencible (Demipage, 2014)
Cuentos:
El regreso (Trópico sur, 2012)
No soñarás flores (Laguna libros, 2016)
4. Margarita García Robayo (Colombia)

Escritora colombiana radicada en Argentina, en más de una ocasión ha mencionado que uno de sus escritores fundamentales es el mexicano José Emilio Pacheco. Esta mezcla de influencias lingüísticas y de países latinoamericanos se refleja perfectamente en la obra de García Robayo: la construcción de la identidad, de entender mejor el sentido de pertenencia, o los límites de la familia, son los grandes temas de su obra.
«Constantemente me estoy preguntando lo mismo, dónde pertenezco y dónde quiero pertenecer, si me interesa o no», dijo para una entrevista con BBC.
En 2014, la autora recibió el Premio Literario Casa de las América, gracias a su libro de cuentos Cosas peores. De acuerdo a la resolución del jurado, la obra representaba “un manuscrito consistente y unitario, de sólida arquitectura narrativa, que prioriza la insinuación por sobre lo explícito. En siete relatos de mediana extensión y con impecable manejo del oficio, la autora da cuenta de las ambiciones, los empeños y los fracasos de personajes tan complejos como perdurables”.
Sobre esa sentencia, la propia autora ha dicho que prefiere “los contornos de las cosas”. “Me gusta priorizar la sugerencia, los silencios, lo que está implícito”, dice.
Su obra publicada se desglosa de la siguiente manera.
Novelas:
Hasta que pase un huracán (Tamarisco, 2012. Reeditado en Laguna Libros, 2015)
Lo que no aprendí (Planeta, 2013. Reeditado en Malpaso, 2014)
Tiempo Muerto (Alfaguara, 2017)
Cuentos:
Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza (Planeta, 2009. Reeditado en Destino, 2010)
Las personas normales son muy raras (Pluma de Mompox, 2011. Reeditado en Arlequín, 2012)
Orquídeas (Nudista, 2012)
Cosas peores (Fondo Editorial Casa de las Américas, La Habana: 2014. Reeditado en Seix Barral, 2015; y Alfaguara, 2016)
Autobiografía:
Primera persona (Pesopluma, 2017. Reeditado en Laguna Libros, 2018; Tránsito, 2018
5. Arelis Uribe (Chile)

Nació en 1987 en Santiago de Chile, Chile. Es periodista de profesión y magíster en comunicación política. Aunque su obra literaria no es, hasta la fecha, tan prolífica la crítica especializada la ubica como una de las voces más potentes de la región.
En 2016 ganó el concurso “Santiago en 100 Palabras”, con su novela Lionel. Finalista también en el concurso de cuentos de la revista “Paula”. Pero su posicionamiento definitivo entre las narradoras contemporáneas radica en su libro de cuentos Quiltras, publicado en 2016 y convertido rápidamente un éxito rotundo en ventas. Un libro protagonizado por mujeres: Pobres, adolescentes, mestizas, vagabundas.
En una entrevista con La Fuentes, Uribe explica así el título de su libro: “En Chile los quiltros son los perros pobres, que no tienen casa propia ni origen conocido o cuyo origen se descifra por su aspecto físico, que es evidentemente mestizo o (tal como la palabra ‘quiltras’), indígena. (…) Quería publicar una obra cuyo título estuviera en plural y femenino, en este mundo donde cada vez que se pluraliza, lo femenino desaparece. Quería y quiero ser una autora que muestre la particularidad de ser mujer como una experiencia”.
Además de Quiltras, Uribe ha publicado Que explote todo (2017), una recopilación de sus columnas de opinión; Cosas que pienso mientras fumo marihuana, una antología de tuits recogidos en forma de fanzine, y el ensayo La política es una forma de hacernos daño.
6. Gabriela Wiener (Perú)

Honesto, directo, claro y desenfadado. Esos son los adjetivos con los que típicamente se describe el estilo de Wiener. Escritora y periodista peruana, pertenece al grupo conocido como Nuevos Cronistas Latinoamericanos. Su trabajo periodístico ha sido extenso y prestigioso: trabajó en el diario El Comercio; fue parte del consejo de redacción de la revista Lateral; escribe en Etiqueta Negra, El País y La Vanguardia, Esquire, Soho, Paula, Internazionale, Eñe, Quimera y Letras Libres, entre otros medios.
Desde el 2003 vive en España. Ha publicado un cómic, cinco libros y ha escrito y protagonizado dos performances literarios junto a su esposo, el también poeta y periodista limeño Jaime Rodríguez Z.
Gabriela ha sido reconocida por suscribirse al estilo periodístico Gonzo, pero, sobre todo, por llevarlo a otro nivel: Sus crónicas las escribe en primera persona y experimentar con todos aquellos temas que las sociedad moderna considera todavía tabú, especialmente si quien las cuenta es una mujer. Fiestas swingers, donación de óvulos, violencia de género, bullyin o relaciones consideradas atípicas, como las poliamorosas. De hecho, Gabriela tiene una relación abiertamente poliamorosa: con el ya mencionado Jaime Rodríguez Z y con la activista y música madrileña Rocío Bardají. Estas experiencias han quedado retratadas a lo largo de su obra, especialmente en Llamada perdida, un libro de relatos autobiográficos publicado en 2014.
Sin embargo, tal como lo señala el crítico literario Nadal Suau, es un error considerar que lo interesante en una autora como Wiener radica en lo “fuerte” o “provocativo” de sus temas. “Primero, dos libros como Llamada perdida o su reciente poemario Ejercicios para el endurecimiento del espíritu (La Bella Varsovia, 2014) no sólo son libros sobre sexo ni todo su sexo es, por así decir, audaz; segundo, en todo caso lo fuerte estriba en su mirada y el lugar literario desde el que la proyecta”.
El también doctor en Literatura Contemporánea sostiene que “la virtud de nuestra autora está en el tono, siempre convincente, absolutamente ‘sincero’ aunque podamos dar por sentado que la sinceridad es una conquista del estilo. Por eso la vida sexual, maternal, profesional o migrante de Wiener logra interesarme mucho. No comparto la idea paródicamente facebookiana de que toda intimidad es interesante a la fuerza; pero desde luego, hay formas valiosas de contar la intimidad y convertirla en espejo”.
Entre la obra de la escritora peruana encontramos: Cosas que deja la gente cuando se va (poesía); Sexografías (mezcla de periodismo narrativo y memorias sexuales); Nueve lunas, (memorias sobre su embarazo); Mozart, la iguana con priapismo y otras historias (crónica); Kit de supervivencia para el fin del mundo (relatos), el ya mencionado Llamada perdida (relatos autobiográficos), entre muchos otros.
7. Liliana Colanzi (Bolivia)

Escritora, periodista y editora, nacida en Santa Cruz, Bolivia. Comunicadora Social por la Universidad de Santa Cruz, posee una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Cambridge, y un doctorado en Literatura Comparada, de la Universidad de Cornell, donde actualmente imparte la materia de literatura latinoamericana.
En una entrevista para la revista Eterna Cadencia, Colanzi explica que sus historias están relacionadas con “obsesiones, paranoias, juegos con la mente. ¿Qué pasa cuando la razón estalla? Esa es la pregunta que me interesó explorar a través de la escritura”. Y lo logra. Tanto en Vacaciones permanente como en Nuestro mundo muerto, la Literatura fluye gracias a esa explosión de la razón; o de la contradicción de distintas realidades, como puede ser el choque entre el lenguaje, las supersticiones o cosmovisiones indígenas en medio de formas más occidentalizadas.
Carlos Heras escribe para Ajoblanco sobre la escritora lo siguiente: “La alucinación, parece decirnos Colanzi en varios de sus cuentos, tiene efectos reales: quien cree ver un ciervo en Marte puede acabar estrellando su vehículo espacial por un sobresalto. Quien abusa de las pastillas para adelgazar y padece insomnio por ello, puede pensar que las puertas se abren y se cierran solas, y puede acabar cometiendo alguna locura al pensar demasiado las casualidades”.
“Creo que un cuento no sólo es un trabajo con la historia sino también con el lenguaje. A veces no basta con narrar sino que hay que investigar cómo el lenguaje se va torciendo y en consecuencia, cómo se distorsiona la realidad”, dice la autora.
En 2017 lanzó Dum Dum Editora, su proyecto editorial que comenzó por lo grande: con la novela Eisejuaz, de la escritora argentina Sara Gallardo.
Liliana Colanzi coordinó las antologías Conductas erráticas (Aguilar, 2009) y Mesías (Traviesa, 2013), una recopilación bilingüe de cuentos. Es autora de Vacaciones permanentes (El Cuervo, 2010; Reina Negra, 2011; Tropo, 2012) y Nuestro mundo muerto (Laguna libros, 2016).
8. Claudia Hernández (El Salvador)

Escritora, periodista y docente salvadoreña. Claudia Hernández comenzó a publicar sus primeros relatos a finales de los noventa, en los suplementos culturales de algunos periódicos nacionales. Para finales de esa misma década, en 1998, Hernández acaparaba la atención del mundo literario al obtener el cuarto lugar del premio “Juan Rulfo”, organizado por Radio Francia Internacional.
En 2004 obtuvo el premio «Anna Seghers», en Alemania, por obra publicada. A propósito de este premio, el jurado aseguró que la obra de Hernández “ha concedido a la realidad imágenes originales y de un surrealismo convincente, que no concuerda con la versión oficial de la historia”. El escritor salvadoreño Miguel Huezo Mixco escribió que “Claudia Hernández hace salir los monstruos de la vida cotidiana”.
Su trabajo, que consta en mayoría de libros de cuentos y tres novelas, ha sido antologado en España, Italia, Francia, Estados Unidos y Alemania. El National Endowment for the Arts, de Estados Unidos, financió, en 2012, la traducción al inglés de sus libros de cuentos publicados entre 2001 y 2007. En 2014 una parte de su obra fue traducida al italiano.
En 2005 se publicó su primera novela, La han despedido de nuevo, y luego fue reeditada y traducida al inglés por la editorial neoyorkina Sangría. En esta novela narra la historia de Lourdes, una muchacha salvadoreña que llega a trabajar a la ciudad de Nueva York. La novela es polifónica y da cuenta de una enorme variedad de estereotipos raciales, culturales y sexuales a los que la protagonista es sometida como inmigrante.
Su siguiente novela, Roza, tumba, quema, vuelve a mostrar la realidad de las mujeres, pero esta vez desde la pobreza, marginalidad y exclusión de las zonas rurales del país.
Su obra, hasta el momento, consta de siete libros de cuentos y tres novelas.
Cuento:
Otras ciudades (Alkimia Libros, 2001)
Mediodía de frontera (Dirección de Publicaciones e Impresos, 2002)
Olvida uno (Índole Editores, 2005)
De fronteras (Piedra Santa, 2007)
La canción del mar (Suplemento de La Prensa Gráfica, 2007)
Causas naturales (Punto de Lectura, 2013)
Hechos de un buen ciudadano, parte I (arrobabooks, 2015)
Novela:
They have fired her again (Sangria Publishers, 2016)
Roza, tumba, quema (Laguna Libros, Bogotá, 2017)
El verbo J (Laguna Libros, Bogotá, 2018)
9. Denise Phé-Funchal (Guatemala)

Denise Phé-Funchal nació en Guatemala en 1977. Es socióloga y escritora. Desde su primer libro publicado, la novela Las Flores, la escritora demostraba la contundencia de su lenguaje y sus personajes. “En poco más de 120 páginas, con un estilo sobrio y un lenguaje refinado, la autora logra sumergirnos en un mundo narrativo muy particular: denso, cruel, cargado de sensualidad y dramatismo”, escribe Lilian Fernández Hall, para la revista Almiar.
En el mismo texto, Fernández Hall destaca la posición decididamente femenino de la novela: “Otro aspecto a notar en ‘Las Flores’ es el total protagonismo de las mujeres. Los caracteres fuertes y claramente perfilados en la novela son femeninos. Los pocos personajes masculinos que aparecen en el texto son insignificantes desde el punto de vista narrativo. Funcionan apenas como un mueble más en la escenografía construida por Phé-Funchal. Pero esta característica tiene poco o nada que ver con el hecho de que la autora sea mujer, y mucho menos con algún tipo de reivindicación feminista o de género. En este texto las mujeres no son heroínas, no hay una intención de destacar a algún tipo de valor especial de su carácter en particular o del carácter femenino en general, sino que, por el contrario, la mayoría de las mujeres que aparecen en el texto representan los lados oscuros del alma humana, fruto de un ambiente que propicia la disgregación de valores y la miseria espiritual”.
Pero más allá de los personajes, la línea conductora de la obra de Phé-Funchal son sus historias, crudas, difícil y, quizás por eso, extrañamente familiares. “Y es que Phé-Funchal protesta contra un sistema social, que no llega a alcanzar niveles políticos o nacionales, sino que un sistema social que proviene de la base, es decir, injusto desde el ámbito familiar”, escribe Mario Cordero para el periódico La Hora.
En una entrevista con Fernando Chaves Espinach, para el diario costarricense La Nación, la autora dejaba clara su postura sobre no repetirse, ni suscribirse a una fórmula única para escribir sus historias. “No quiero que se me identifique como una persona que solamente escribe sobre la violencia intrafamiliar o social. En realidad, lo que deseo es experimentar con la literatura, con formas de contar, con diferentes temas. Mi maestro, Rafael Menjívar Ochoa, me dijo una vez que cada historia es distinta; que al escribir una novela, se sabe cómo se ha escrito esa novela, no cualquier novela”.
Además de Las Flores (2007), Phé-Funchal ha escrito el poemario Manual del mundo paraíso (2010). Participó en las antologías Sin casaca (2008) y Cuento macho (2008). En 2009 trabajó como guionista para el proyecto Reinas de la noche, que aborda la vida de las personas transgénero en Guatemala. En 2010 participó en la adaptación de Chapstick, un cuento de su autoría, para la filmación de un corto de ficción. En 2011 publicó el libro de cuentos Buenas Costumbres.
10. Catalina Murillo (Nicaragua)

Catalina Murillo Valverde nació el 6 de junio de 1970 en un taxi en Costa Rica. Desde muy joven se trasladó a Cuba a realizar estudios en la Escuela Internacional de Cine y TV de La Habana.
En Cuba publicó su primera obra, Largo domingo cubano, en 1995, y que no pertenece al género novelístico ni se podría considerar literaria. Más bien, se trata de una crónica descriptivo-ideológica de algunos lugares y gentes de Cuba. La autora da juicios, opina, con o sin razón, de la forma en cómo viven los cubanos, sus limitaciones, sus relaciones con los extranjeros, la participación oficial del gobierno cubano, etc.
Estudió también Ciencias de la Comunicación Colectiva, en la Universidad de Costa Rica. Trabajó como guionista en las series de televisión costarricenses El Barrio y La Pensión.
Con 28 años emigró a Madrid, España. Ahí trabajó como guionista de cine y televisión, y como analista y tutora de guiones. Ha sido jurado y lectora de guiones para concursos y festivales como Oaxaca Sundance, Ibermedia y La Feria Internacional del Libro en Costa Rica (FILCR). Fue parte del jurado del Shnit Worldwide Shortfilmfestival San José, en su edición del año 2018.
Además de Largo Domingo Cubano, ha publicado Marzo todopoderoso (2003), Corredoiras y Largo Domingo Cubano y Tiembla, Memoria (2017). En 2018 publicó Maybe Managua, con Uruk Editores, novela por la cual recibió el premio “Aquileo J. Echeverría” a mejor novela.
Actualmente es consultora y profesora de guion en los Talleres Fuentetaja, así como tutora de tesis en la Universidad Internacional de la Rioja.
Lista de escritoras latinoamericanas sin esbozo biográfico
- Rita Indiana (República Dominicana)
- Dolores Reyes (Argentina)
- Brenda Navarro (México).
- Mónica Ojeda (Ecuador).
- María Fernanda Ampuero (Ecuador).
- Natalia García Freire (Ecuador).
- Brenda Lozano (México).
- Aura Xilonen (México).
- Samanta Schweblin (Argentina).
- Laia Jufresa (México).
- María José Caro (Perú).
- Selva Almada (Argentina).
- Fernanda Melchor (México).
- Alejandra Costamagna (Chile).
- Guadalupe Nettel (México).
- María Gainza (Argentina).
- Pilar Quintana (Colombia).
- Ariana Harwicz (Argentina).
- Nona Fernández (Chile).
- Paulina Flores (Chile).
- Gloria Susana Esquivel (Colombia).
- Romina Reyes (Chile).
Vanessa Ramos – Guatemala – Versos Perversos
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Tiene un error: el país de nacimiento de Catalina Murillo ((al lado del nombre)
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