Esta selección poética fue curada por Josué Andrés Moz y autorizada por el propio autor del poemario, Rommel Martínez.










Aunque no sean los de Akira kurosagua
(FRAGMENTO)
Voy a escribir sueños
Y sobre ellos;
Voy
A esparcir los tentáculos de algunos recuerdos
que a veces suelen ser los míos pero al revés
Empezaré por decir que soy un sueño
Y que reviento en deseos y deseo
Que me proyecto como la pirotecnia
y las termitas
en el cuerpo de la constelación Hipopotomonstrosesquipedaliofobia
ése miedo a la palabra extensa y sin sentido;
lo que pasa es que
en esto de la poesía no hay nada escrito.
Al caer el día
Ése que se parece más a la noche
Cuando la noche es tan oscura como el corazón Cuando el corazón es tan atómico como un hongo Cuando un hongo es un sueño infectado de sombras Por que las sombras Las sombras incendian al sol como el pez que se ahoga en el estanque y busca lagos y ríos en el vuelo de los pájaros que surcan su espacio aéreo Porque uno se da cuenta que el día no se sabe qué es.
Aparecí cual espectro luminoso
En una plática luminosa
Con una amiga repleta de neón y figuras y orbitas
En un vagón de tren
Con rumbo al horizonte
Íbamos rápido
No importando que afuera
Todo parecía ir a una velocidad generosa,
Veía el césped violento
Y las llamas de un sol inofensivo
Algunas piedras se confundían con los cerebros recién bañados,
Vi recuerdos
Correr tras el tren que habitábamos tiernamente
(a unos pocos recuerdos solamente)
Iban como saludando – esperando algo de mí,
Pero yo no entendía su lenguaje
Porque hasta entonces no sabía distinguir
La lengua materna de un vientre tibio y puro;
Les lance un beso
Y también quise darle un beso a mi amiga
Pero ya no estaba en el vagón
Cuando devolví la mirada a su espacio
Se había ido
Sin embargo
Era como la psicomagia de su elemento entonces…
Ella indagaba en mí, siempre
Como si se tratase de una operación a distancia
Ella era el infinito en el espíritu y yo entendía que no se veía, pero permanecía;
como el infinito.
Ella no estaba
tampoco la ventana
el sofá
los corpúsculos de la luz
junto a los cuales, le contábamos las palabras y las sombras
a la frase:
¨hasta el fin…¨
Todo, dejaba de ser
Se desvanecía de delante de mí
Pero no caía mucho en la cuenta de eso
Hasta que todo,
Ya sólo era una habitación blanca
Repleta de luz blanca,
Con paredes
Y techo
Y suelo de colchón a cuadros
Y una puerta justo detrás de mí
Donde mi espalda hacía movimientos espirales,
Mientras permanecía sentado
Entre la puerta y el suelo,
Y la vista, también blanca
Frente a mí
Era una pradera hermosa
Con un árbol hermoso,
Y bichos hermosos
Y ramas hermosas
Con bombillas encendidas,
Y pequeñas orugas
Que son la parte abominable del miedo…
Un cielo errático y nubes de cromo
Dando rienda suelta a la imaginación
Y las formas;
La ideoplastía de nuestros cuerpos y espíritus jugaban al amor,
nubes dialécticas
chistes locales y desprecio por todo lo demás que no estuviese en nuestro camino…
No veía mi rostro
Pero sabía de mí y de la existencia en pixeles,
Sentado y recostado,
Y parecía que alguien fumaba
Pero era que una polilla se había comido un incendio,
Todo, era esa incertidumbre de estar bien,
Por algún motivo ininteligible y
No sabía qué hacía allí
Pero no importaba porque mi mente se puso a divagar
Como cuando uno se distrae y se concentra en otra cosa:
La mirada en el árbol,
La mirada
En el árbol,
La mirada en el árbol,
La mirada en el precioso árbol:
Y existí en un salón enorme
Con mucha gente
Mucha
Y me vi allí
Rodeado y extraño
Y por un instante era el cuarto acolchonado
Y verme sentado
Y verme recostado
Mientras sentía el tibio abrazo de una camisa de fuerza;
Recordé que mi naturaleza era el salón
Y me preocupé por mi amiga
No supe qué decir
Y no sabía qué iba a pensar ella de mí
y…
Entonces la vi
Llorando, y hermosa,
Lloraba una briza escarchada
Pero no entendí por lo que pasaba,
Proyectaba la ternura del cariño acumulado
Capaz de inundar la osamenta de románticos o exploradores buscando hogar,
Usaba un vestido
Con sus tirantitos
Y un listón abrazando su cintura,
No supe qué hacer o pensar
Estaba atrapado
Y ella parecía molesta,
Era la poesía disgustada con migo;
Y me acerqué como quien se acerca a una orquídea, tan hermosa como misteriosa
Y quise preguntarle por toda esta gente
Y me acerqué,
Entonces la vi, tan serena
A gusto
Deseable
Coqueta,
Y no quise inquietarla por la lluvia;
Nos sentamos con la intensión de una plática, sin embargo
Observamos nuestros oasis y desiertos
Y en el vagón veíamos el cenit, tan parecido a nuestro nadir
Y creíamos que los minutos eran pompas de jabón;
Jugábamos a atraparlas
Y reventar
Con el atrevimiento de nuestras huellas
Toda su fe y opulencia,
Toda para nosotros,
Y como si además, dentro de ellas
También reventara la alegría;
Reíamos, cada vez que hacían:
Plig
Plog
Plag
Pug
Reíamos y nos configurábamos en cada gesto.
Plig
Plog
Plag
Pug
Ella que es como un sueño hermoso
Me cuenta sobre un sueño recurrente,
Me ve
(y entiendo que tuvo la razón todo el tiempo,
Cuando me mostraba, con todos sus sentimientos, con todo su cuerpo
Con toda su aura;
Lo elemental de su presencia):
¨siempre voy cuando está atardeciendo
O de noche,
-me dice-
Estoy en la entrada de un hospital
de una calle larga,
y lo que se divisa al final es un teatro
y luego dos calles;
la de la derecha va hacia un carnaval
y la otra es bien oscura y nunca he entrado…¨
por cierto
-le escuche decirme-
Yo te vi en ese carnaval
Y yo te entendía
Y estábamos juntos
Pero no me acuerdo qué hacíamos,
Pero nos desvanecíamos
Así como cuando vos te desvanecías en la infancia…
Entendí entonces que ella tenía razón nuevamente
Y que no era tan sólo mi amiga
Sino, la mejor
El amor de mi vida;
Aunque eso lo sabía desde que todo empezó a nacer,
Y de repente
El tren rasguño un poco el sol
Y todo se llenó de luz
Una luz transparente, una luz ensangrentada de asombro y aspiración;
El sol sangraba
Y hay unas galaxias que balbucearon unas con otras:
¨qué triste…
Este sueño es como la parte romántica del volcán…¨
Imagen de cabecera tomada de El Heraldo.